Hirohito y su expiación

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el Tribunal de Tokio condenó a muchas autoridades del Imperio de Japón como el General Tojo y Yamashita; en muchos casos fueron ejecutados. Hirohito, no obstante, continuó como Emperador. ¿Hubo trato preferencial?

Nelson David Cardozo
Ojomundi
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3 min readJan 6, 2021

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A ciencia cierta, encontrarás dentro de la literatura histórica muchísimas referencias a diferentes hipótesis de este asunto per se pero donde hay una especie de consolidación de ideas -no un consenso siquiera- es cuando se habla de McArthur como principal propulsor de la idea. Hagamos contexto para ver donde estamos parados luego de haber finalizado la guerra.

Contextos políticos y culturales

Tenemos a un Japón hundido en la miseria absoluta, completamente dependiente de la ayuda económica como militar de Estados Unidos, tenemos un avance en el norte de Asia de la Unión Soviética que finalizaría en los ’50 con la Guerra de Corea, tenemos a un Mao Tse Tung librando una guerra civil por el control de China.

Teniendo este contexto, también debemos tener en cuenta la cultura de Japón respecto a los emperadores y es que los mismos son figuras de poder absoluto, divinidad. Desde el año 1199 cuando se establece el primer shogunato, el Emperador no tomaba -salvo algunos episodios sueltos- el rol de Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares, a diferencia de la monarquía occidental; los emperadores japoneses siempre estuvieron rodeados del control de fuerzas políticas externas.

El Shogun en sí era la figura mientras que había un grupo -primer anillo- que hacía el trabajo. Esto se mantuvo en gran parte en la Restauración Meiji (1866–1870), los militares seguían teniendo mucho poder en los diferentes gabinetes del Imperio.

El Emperador no irá a juicio. Posibles cálculos

Ahora, ¿Qué puede favorecerle a un Emperador no ir a juicio? Primero, un cálculo político: recordemos que mencionamos líneas atrás que el el comunismo avanzaba infatigablemente sobre toda Asia y que el Partido Comunista de Japón era una fuerza respetable desde los años ’20 y luego que fuera legalizada en el ’45, el mismo podía presentarse en diferentes estratos políticos con todos los derechos garantizados. Uno puede alegar que el Partido Comunista no configuraba ninguna amenaza en Japón debido a la gran represión que recibían pero esto está lejos de la verdad, dado que el mismo se hizo muy popular no solo durante sus años de represión (1922–1945) sino también eran figuras carismáticas en tiempos de crisis.

Segundo cálculo: cultural. ¿De qué serviría ejecutar públicamente a una figura divina (recordemos que para muchos lo seguía siendo) y absoluta como el Emperador? Tendrías manifestaciones y mítines en la calles y considerando el cálculo anterior, Estados Unidos necesitaba un lugar para descansar la resistencia a los soviéticos. Imagínate: una figura divina que ordena a sus súbditos de dejar de pelear y luego vienen los invasores a ejecutarlo…escenarios de más genocidios tendrías en puerta, crearías un mártir. ¿Y para que crear un mártir cuando puedes crear un aliado?

Tercer y último cálculo: la apertura. Los japoneses mostraron cierta conformidad con recibir a los estadounidenses y la cultura estadounidense. Al momento de aceptar una Constitución Democrática el 1ro. de junio de 1946, el Emperador denuncia tendencias radicales que la opinión pública aliada aplaude por tener un Emperador que es abierto a las líneas liberales. Para cerrar este punto y reafirmarlo, algunos sacrificios: Hideki Tojo, Tomoyuki Yamashita, Masaharu Homma fueron encontrados culpables de crímenes de guerra y ejecutados posteriormente.

Hipocresía política

Pero ojo, esta hipocresía política no termina con Hirohito. La Unidad 731 al mando de Shirō Ishii y cuyo nombre oficial fue el Laboratorio de Investigación y Prevención Epidémica del Ministerio Político Kempeitai, realizó experimentos biológicos y horrendos crímenes de guerra en China y Singapur. La Unidad fue perdonada de sus inhumanos actos bajo la condición de compartir sus hallazgos en materia de guerra biológica.

Conclusión

Si bien no hay ciencia cierta en la actuación política, la hipótesis mencionada anteriormente es la que más se adecua a los hechos históricos acontecidos.

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Nelson David Cardozo
Ojomundi

Autor de dos libros. Escribo en “La Hora Cripto”. +10 años de experiencia y sigo aprendiendo sobre bitcoin, política, tecnología y economía